UNA RESPUESTA AL DESEO DEL CORAZÓN DE DIOS

    Llenas de regocijo, compartimos con ustedes la grandeza de Dios en este año previo al XXV aniversario de fundación.

Durante los siguientes meses daremos a conocer a través de la revista ID y de nuestro blog, algunos artículos: El comienzo de esta obra, el paso de Dios en la historia de la salvación que Él va forjando y la búsqueda de la respuesta de un hombre que escucha el llamado para ser instrumento del comienzo de este proyecto.

   "Me has llamado a pesar de mi indignidad y miseria a colaborar Contigo en la preparación y fundación de tus Misioneras de Guadalupe y hasta hoy, ha ido tolerando mi ignorancia; sin embargo, yo quiero pedirte, Jesús mío, Amado de mi alma, que no permitas que se retrase más tu Obra tan urgente para la salvación de las almas. ( 1˚ Diciembre 1984)

   "Me rindo a tu amor, a tu infinito amor, que me ha perseguido, que me ha buscado y me ha cerrado todas las salidas hasta atraparme. Yo estoy aquí rendido en tus brazos santísimos, en tu regazo amoroso. Como Jonás el profeta he tratado de esconderme de Ti, para evadir la misión que a toda costa has querido encomendarme. ¡Tu amor ha triunfado! Tú bien sabes, mi Amado Jesús, que no huía de Tí porque no te amara; sino porque tenía miedo a una tarea tan enorme. Siempre me he preguntado: ¿Por qué no suscitas a una mujer santa, sabia y apostólica que haga esta fundación? No te sonrías, Señor; ya sé que no será ninguna mujer, ni ningún hombre, sino Tú el que harás esa tu Obra.

  Soy viejo y enfermo, pero al servicio de un Señor comoTú, y con las gracias tuyas  abundantes que espero sin falta, como lo has prometido y lo cumples siempre, estoy  a tus órdenes. Haz de mí lo que sea tu santísima voluntad". (19 Diciembre 1979).

   "Tú sabes, Señor, que toda mi pobre vida te la he consagrado para la salvación de todos los hombres y de esos miles y millones de hermanos no-cristianos que aún no te conocen y por ende no te aman.

Si tuviera miles de vidas, todas te las entregaría aún en medio de los más terribles martirios para que  todos te conocieran y te amaran". Diario P. José Álvarez H. MG

EL DULCE SABOR DE UNA EXQUISITA MUJER

Una mujer exquisita, no es aquella que más hombres tiene a sus pies, sino aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz.

                Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo; es aquella que con tan sólo una franca y abierta sonrisa y un buen consejo, puede alegrarte la vida.

                Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos; es aquella que sacrifica su sueño temporalmente por hacer felices a los demás.

                Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia, sino aquella mujer firme de carácter que puede decir “NO”.

Un hombre exquisito es aquel que valora a una mujer así...

 Que se siente orgulloso de tenerla como compañera.

 Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento.

        


        Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, desde lavar platos y atender tripones, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes.

 

   ¡Que tontos hemos sido y somos cuando valoramos el regalo solamente por la vistosidad de su empaque...

  Tonto y mil veces tonto el hombre que come sobras en la calle, teniendo un exquisito manjar en casa!